lunes, 18 de agosto de 2014

NUEVA SECCIÓN, ¡CUÉNTAME!

POR: GUILLERMO CRUZ ANTONIO. 


Hoy iniciamos una nueva sección denominada ¡CUÉNTAME! Bien pudo llamarse “el rumor”, “el mitote”, esta terminología es sinónimo de chisme.

Cuando nos ponemos receptivos y presumimos para hacer ver a los demás de que estamos ocupados y que no tenemos tiempo para nada, porque nuestro ego, esta como nuestra presión de alta, pero nos conectamos a un “megachisme”.  Nuestra expresión de apertura al “chisme” nos convida a reblandecer nuestros sentidos y cosa extraña se destapan en ipso facto nuestros oídos,  a veces dañados por secuelas de viejos catarros “constipados” que usualmente nos bloquean los oídos.

Pero dada la ocasión de estar al día en el “mitote” afinamos nuestros tímpanos para escuchar con desmedida atención al “cronista histórico” que parla con punto y coma y al pie de la letra su versión del “chisme” corregido y agregado y con una expresión espontanea. El receptor ávido de recibir el mensaje, casi como una orden y con voz fuerte y con ojos desorbitados con signos de admiración dice: ¡Cuéntame! ¡Cuéntame!

 Acababa de decir que tenía mucho trabajo, que no tenía tiempo para nada, pero… “chisme caliente mata a la gente”, pero el ¡cuéntame! Es mágico en el proceso de la comunicación.

Después de este largo rollo introductorio, inicio la sección ¡Cuéntame! Dando el banderazo de salida. Con gusto les cuento: la vida pude verse como un melodrama en un teatro donde cada actor interpreta diferentes papeles, podemos actuar en distintos roles y con diversos guiones.

Ésta puede ser una estrategia o una comedia. La forma en que enfrentas la existencia te ubica en un género o en el otro: carcajadas o llanto, optimista o pesimista, satisfacción o tristeza, ilusión o desesperanza. Lo más importante de este concepto análogo a tu vida, es que tú eliges que papel vas a interpretar y como lo vas a poner en escena. O puedes elegir mejor quedarte sentado y decir “yo paso” y darle tu lugar a otras personas en el concurrido mundo de la actuación de tu vida.

Reír o llorar, esa es tu decisión, ¿Sobre qué papel te inclinas?
Quiero abundar más, consideremos la historia de la filosofía y subrayemos a dos grandes filósofos de la antigüedad, como el ejemplo de dos polos opuestos de los extremos que señalé. Heráclito y Demócrito señalaron en sus ensayos, refiriéndose a ellos.

Montaigne expresó: Heráclito representaba el lado trágico y melancólico de la vida, Demócrito era optimista y animado, dispuesto a reír o bromear.












                Demócrito                                    Heráclito    

Heráclito se aislaba, evitaba a la gente, a quien criticaba y subestimaba. Ambos nacieron en familias adineradas y crecieron en la abundancia, ambos renunciaron a sus riquezas para ejercer su visión filosófica como una encomienda universal.

Reflexión, me inclino por Demócrito, si se quiere una buena calidad de vida, elijo reír mejor el buen humor que llorar.

Conozco infinidad de “Heráclitos” que se desplazan por la vida llevando la carga de la amargura y el pesimismo a cuestas, viviendo del pasado. La falsa paradoja: idiota o sabio, feliz   o infeliz queda resuelta.

Hay una tercera alternativa: mejor sabio feliz, porque no existe sabiduría sin alegría.

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